quarta-feira, 24 de dezembro de 2014

NÍSCALOS NAVIDEÑOS, OTOÑO CALIENTE




Lactarius Deliciosus. Según los expertos, un tipo de níscalo superior al L.Deliciosus, en cuestiones culinarias, es el sanguifluus, aunque verdee algo más. El GP da buena cuenta de los níscalos del campo de su familia.
Gotitas de la leche naranja, propia de los níscalos y buen indicador para evitar confusiones con otros lactarios similares, como el níscalo falso de la encina (de leche amarilla). Queda para otro año un reconocimiento pormenorizado de níscalos.

    ¿Quieren un buen indicador de temperatura para nuestrro otoño? Pues consulten a los hongos. El GP no había visto tal cantidad de setas a finales de diciembre (ya con el invierno entrado) como en este año, de la misma forma que nunca vio una explosión de setas semejante a la que vimos ya en la segunda semana de septiembre. En años anteriores, la temporada de setas quedaba reducida de la segunda mitad de octubre hasta las primeras semanas de diciembre. En navidad era habitual encontrarse con setas de temporada como el pie azul o los champiñones más resistentes. Sin embargo una seta como el níscalo, aunque aguante las primeras heladas, no resultaba tan común en esta época, al igual que algunos boletus que hemos visto estos días. En definitiva, la temporada de setas de este año ha comenzado al final del verano y ha aguantado hasta el comienzo del invierno. Casi cuatro meses enteros con setas hasta las orejas.


      La razón no es casual; según la AEMET, estamos ante el otoño más caluroso desde que se inició la serie en 1961, con un valor que supera una media de 2,4 grados a la temperatura media de esta época del año. Pero al mismo tiempo, ha sido un otoño generoso en lluvias. Humedad y calor, la síntesis perfecta para que las setas llenen nuestros montes, pero no solo ellas. Afluencia de níscalos en diciembre, campos resguardados con flores, falta de heladas,
 anfibios que se siguen viendo más de la cuenta… Y eso que la zona de Cáceres ha sido la que menos se ha separado de la media histórica, con tan solo un grado más de lo normal, pero disfrutando de un otoño en general húmedo. Indudablemente, nuestra época es una época de excesos climáticos, probable resultado de los excesos propios de los hombres. El futuro pinta ecológicamente muy desajustado e imprevisible, y el GP tiene la sensación de tener que disfrutar al máximo de determinados momentos como este otoño tan micológicamente activo. Vaya usted a saber lo que nos deparará el futuro.  
Selfie del GP. cuando busca setas en su campo.
 La ovejita del Belén les desea felices fiestas y feliz año.

terça-feira, 23 de dezembro de 2014

ENCUENTROS POR EL MONTE...



 
    Falsos níscalos en los pinos. Por lo general, cualquier lactario que no crezca bajo los pinos es rechazable. Pero muchas veces, falsos níscalos se cuelan en la acícula de los pinos. Para no equivocarnos, tenemos que fijarnos en la carone, anaranjada en el níscalo, y amarilla o blanca en los demás. También en el color de la leche, amarillento y abundante en estos falsos níscalos. La carne además no verdea, como suele ocurrir en los níscalos. Todo esto y más en un minuto de explicación in situ, como se debe aprender sobre setas.
 
Si hay una cosa que al GP le llama la atención es cómo tantas veces que sale por los montes y campos cercanos a Cáceres, ve tan pocos seteros. Ciclistas, paseantes con sus perros, cazadores, esparragueros, luchadores contra la obesidad, atletas, pero muy pocos seteros. A lo sumo uno o dos cada temporada. Hace nada tuve la suerte de encontrarme con uno, de esos de libro, con su cesta de mimbre  y su andar zigzagueante, deteniéndose en un arbusto tupido o la sombra de una encina o un pino. Yo iba bajando la cañada del Casar desde el cerro Otero con mi cámara y mi sucia mochila, cogiendo alguna piedra de cuando en cuando y sin separarme de la pista de tierra. Pero finalmente, acabamos coincidiendo en alguna seta. Es lo que suele pasar. Así que cuando me detuve para fotografiar una amanita (vinosa, tiendo yo a pensar), él me confundió con un amigo y se acercó a mí.
-   Perdón me he equivocado…, ¿vas a fotografiar así, en crudo, sin macro ni nada?
La pregunta la hizo con tal extrañeza que el GP se sintió un auténtico ignorante.
-   Pues como salga… dije yo, a la defensiva. Me gustan las setas, fotografiadas.
-   Yo también tengo mis archivos, pero como más me gustan son comidas. Ahora, yo no soy ningún experto. Hay que conocerlas muy bien.
Y como un Sócrates micólogo, que afirmaba que de nada sabía, empezó a largar nombres científicos y peculiaridades de cada seta, hasta el punto de hacer sentir al pobre GP que cada vez que abría la boca, metía la pata, y sentía un creciente bochorno. Tal era así que no tuve el coraje de decir que llevaba un blog de naturaleza, por si la respuesta era demasiado hiriente. Así, me contenté con recibir su sabiduría separando lactarios, especies de amanitas, mostrando cortinarios y tipos de boletales de los que yo no tenía ni idea.
- Mira, por aquí hay boletos, decía yo.
- Bueno en realidad no son boletos, son del tipo leccinum y apenas saben a algo. Lo bueno de los boletos es que da igual si te equivocas, a lo sumo, te amargan el guiso, y por aquí no hay boletos de Satanás.
- ¿ah, no?
- Pues no, la gente los confunde con frecuencia.
- Aaah, contestaba el GP meneando la cabeza cual tonto.
Sin darme yo cuenta, iba siguiendo el zigzag del setero y desviaba mi ruta para ver qué es lo que encontraba. Llegamos a un lugar espantosamente maltratado. Multitud de lactarios y rúsulas habían sido levantadas o descuartizadas, y daban tristeza verlo.
-   La gente es la leche, el otro día vi un viejo que con un bastón iba levantando cada una de ellas, para ver si eran o no comestibles. Llegará un día que no nos quede ni una sola seta, y haremos como los alemanes, que nos volveremos todos ecologistas cuando no nos quede ni un solo bosque. Mira la Amanita cesarea…
-   ¿Hay amanita cesárea?
-   Pues sí, pero desaparece de inmediato. En cuanto sale un huevo, ya alguien lo coge. Un desastre…
      Durante un rato más estuve preguntando por una seta detrás de otra, como un niño de cuatro años. Y qué es esto, y esta otra, y esta de más allá… Y sin darme yo cuenta, el señor empezó a dar respuestas evasivas. Pues no lo sé, vete tú a saber, hay tantas setas por el campo.... Indudablemente, un agradable encuentro en mitad del monte se estaba convirtiendo en una aburrida clase de micología, excitante para mí pero cansina para él. Era evidente que le estaba interrumpiendo su paseo campero. Así, llegó el punto de ruptura educada y la despedida rápida.
-   Mira, me tengo que ir rápido ladera del monte abajo. Se me va a hacer la noche en un momento, y si quiero encontrar algo…
-   Ah sí, sí, sí… a mí también se me hace tarde. Tengo que volver para arriba, contesté automáticamente. Adiós.
Se me olvidó dar las gracias o desear la muletilla navideña de felices fiestas. Después me encontraría algo más arriba, bajo unas piedras cercanas a un pino, tres buenos níscalos. Sentí ganas de llamarlo o dejárselos en mitad del camino. Pero el hombre ya estaba perdido,  y no tenía interés que algún animal de dos patas las rompiese por mero gusto de hacerlo, así que los dejé donde estaban.

domingo, 21 de dezembro de 2014

EXPLOSIÓN DE SETAS EN EL OLIVAR DE LOS FRAILES

Níscalos (parte central), rúsulas (a la izquierda) y algún tipo de Leccinum a la derecha. Todos ellos, compartiendo hábitat entre las acículas de un puñado de pinos carrascos en lo más alto del Olivar de los frailes. Esto fue el 15; una semana después, no había ya ni rastro de níscalos.
Preciosos lactarios con apariencia de níscalos.Para evitar confusiones, basta mirar el árbol bajo el que se cobija: si, como en este caso, son encinas, tengamos por seguro que no son níscalos y que muy posiblemente se trate de especies incomestibles y picantonas.  

Un último tesoro que añadir: tricoloma azufrado. La fotografía no  hace honores del intenso color amarillo que muestra esta seta. Nuevamente el color lo hace inconfundible, pero si no nos fiásemos, basta olerlo. Hasta la nariz escasamente desarrollada del GP es capaz de distinguir un olor tan fuerte como el de esta seta. Huele como si acercásemos la nariz a una bombona de butano abierta.
 Más tricolomas azufrados. Estaban por todas partes, pequeños y grandes, con sus largos pies levantándose desde el suelo. Pueden confundirse con las setas de los caballeros, pero el olor, las láminas separadas y el pie más estilizado permite diferenciar bien ambas setas.
 Los boletus no faltan a la cita, aunque menos, tal vez porque sean buscados. En este caso, posibles Boletus fragans, comestibles. De todos modos, el GP sigue siendo un negado en cuestión de boletus.
Estupendos tricolomas, quizás  Tricholoma saponaceum. Su sombrero puede dar la sensación de encontrarnos ante las amanitas phalloides, pero basta mirar su pie para observar que no tienen nada que ver con estas setas venenosas.
Las bonitas amanitas de pie grueso (Amanita spissa) también animaban el ambiente setero del parque... Aquí, sobre otro hongo que ya ni me dio tiempo a mirar.
      El último fin de semana (15 de diciembre) fue de estos que permiten una fugaz explosión micológica. Días de lluvia, seguidos de tiempo en calma sin temperaturas demasiado bajas y con buenos ratos de sol. Lo idóneo para que una gran mayoría de hongos vuelvan a salir, incluso aquellos que habitualmente faltan ya a estas alturas. Evidentemente, no se encuentran ya por todos lados, pero un lugar tan particular como el Olivar de los frailes, bien resguardado y con distintos tipos de vegetación, sigue siendo un lugar idóneo para estas ocasiones. Una semana después (ya rozando navidades) y tras algunos días de frías nieblas el GP pensó que las setas habrían pasado a mejor vida, pero ¡fíate tú de los hongos! El parque seguía intensamente cubierto de ellas y algunas más se habían sumado a la fiesta. Ya no había níscalos (tal vez alguien les haya sacado un buen partido) pero el resto seguían ahí, incluso más bonitas que la última vez: volvarias, tricolomas, lactarios, rúsulas, amanitas, boletus y otras más diminutas que directamente ya no nos dio tiempo a observar... La terrible lástima era que muchas de ellas, estaban magulladas y reventadas en pedazos por los paseantes o levantadas por animales (vimos conejos merodeando entre setas). Si no fuese por eso, hablaríamos de un auténtico tapiz bajo algunas encinas... Un buen lugar, en definitiva, para decir adiós a la temporada, que ha sido bastante generosa.

Un pequeño pinar en el olivar de los frailes permite que setas como los níscalos hagan su aparición, añadiendo más especies a la colección del bosque mediterráneo. Decididamente, constituye un lujo tener semejante variedad tan cerca de la ciudad. Alguna ventaja tenía que tener vivir en la Vetusta del sur.

sábado, 13 de dezembro de 2014

SETAS DE LA CACA: STROPHARIA SEMIGLOBATA.

Stropharias subglobosas creciendo abundantemente sobre las boñigas de las señoras vacas.

      Con este apelativo poco agraciado hablamos de un conjunto de setas que suelen crecer en un entorno bastante particular y selectivo: los excrementos del ganado y sobre todo, la caca de las vacas. Pero no pensemos que estas setas no muestran interés. Más bien al contrario, hay mucha gente que va por el campo en busca de estas pequeñas setas. A priori no apetecería mucho el consumirlas, pero sin embargo cuentan a su favor que un importante número de ellas tienen sustancias psicotrópicas y alucinógenas que las hacen atractivas para estos otros micófogos no necesariamente interesados en el arte culinario. Y lo cierto es que el viaje y la nueva apertura de experiencias a los sentidos están garantizados. El GP comió inocentemente una vez un psilocibe y no lo olvidará durante largo tiempo: no vio enanitos azules saliendo de una cerveza pero sí líneas rectas que se deformaban al antojo de tu vista y perspectivas imposibles dibujadas en cualquier rincón de tu casa en una intoxicación algo más alucinógena que el THC. Era la época de las smart shops en España y allí se vendían en un limbo legal cosas tan peculiares como la Salvia divinorum y los psilocibes corrientes. Ignoramos cómo estará ahora la cosa.
      El GP no ha encontrado todavía psilocibes por la zona, pero sí otros parientes de hábitat con cualidades también alucinógenas, como algunos tipos de paneolos. En general, nos hemos encontrado con tres especies predominantes: paneolo anillado, paneolo (que creemos alucinógeno) y por último, la Stropharia subglobosa. Algunos foros de estos micófagos particulares la ponen entre las setas alucinógenas que podemos encontrar con el campo, pero decididamente, uno no va comiendo por ahí las setas que crecen en las boñigas de las vacas y ver qué pasa.   
    Las setas que fotografiamos aparecían en grandes grupos sobre los excrementos de las vacas. Eran escandalosamente numerosas y a veces no permitían reconocer la propia caca de la que emergen. Además, llamaban más la atención porque prácticamente ya eran de las pocas setas que se dejaban ver al final de la temporada, aparte del pie azul y unos pocos champiñones. Estos hongos, por otro lado, y dadas sus peculiares hábitats, no dependen del otoño para aparecer: las hemos encontrado desde el final del verano hasta bien entrado el invierno y por supuesto también en los meses de la primavera, acompañados igualmente de paneolos.

Las responsables últimas de estos hongos: vacas en la dehesa cerca de los Hornos (Sierra de Fuentes)
Hacía bastante tiempo que no echábamos una foto a una alondra "picúa". Nos acompañaban ahí donde fuésemos por la dehesa.