segunda-feira, 26 de setembro de 2011

SETAS EN EL PARQUE

Yesquero (posiblemente Polyporus Hispidus)

       Ya sabemos que aún no es tiempo de setas, pero algunas no aguardan la llegada de un otoño que se antoja algo remolón y atrasado. Hay gente afortunada que recorre kilómetros para encontrar un buen ejemplar de boleto, lepiota, rebozuelo o lo que se tercie. Nosotros nos contentamos por ahora con las que nos encontramos en nuestros paseos: entre ellas las que aquí presentamos aparecieron este mes en el parque de Cánovas.
      Arriba, tenemos un "chupasangre" del reino de los hongos. Este gran hongo aparece de cuando en cuando en las cortezas de algunos árboles de hoja caduca, especialmente los olmos cercanos a la fuente más alta del parque. Estos típicos hongazos suelen crecer sobre la madera viva, sin pie alguno y  extendiéndose en forma de media luna sobre el árbol visitante. Incluso después de completar su ciclo vital, pueden pasarse ahí multitud de meses si no hay algún jardinero que venga a hacer limpieza del árbol.  
     Sobre las setas de abajo, el G.P. en su ignorancia micológica no sabría decir más que son un grupo algo pasado ya sobre las raíces de otro olmo en el parque de Calvo Sotelo y que aparecieron a principios de septiembre tras las lluvias de la primera semana. Por un momento pensamos que eran micenas, setas alucinógenas o algo así, pero preferimos no aventurar nada y no despistar.

"setas", de especie desconocida.
    
Los olmos donde aparecen estas setas en grupos abundantes.

segunda-feira, 19 de setembro de 2011

EL FINAL DEL VERANO


El final del verano llegó una vez más, dice la vieja canción de los sesenta, cuando la gente abandonaba las playas y las calles de las ciudades volvían a llenarse de coches. Pero los humanos apenas somos uno más en el ciclo anual mundano. Todo fluye, que diría el filósofo, pero en el fondo nada cambia, y volvemos a ver repetidos los pasos comunes de nuestra naturaleza por estas fechas del año. En el hormiguero que descubrimos bajo una piedra de la Sierrilla, ya están todos los preparativos de la estación. Basta que llegue la primera lluvia, para que las hormigas se echen a volar como en cada otoño en busca de nuevos horizontes...

 Aunque las setas sean propias del otoño, algunas especies se dan bien en los lugares húmedos del verano. Y si no, que se lo pregunten a este pedo de lobo del parque del Príncipe, a la buena sombra de los piñoneros y de las bocas de riego del parque.

Higos chumbos en el Olivar de los frailes enrojeciendo a principios de septiembre. Curiosamente, lo que consideramos una de las plantas mediterráneas típicas de nuestro país, no es más que una importación americana, como lo fue la patata en su día.

Los gorriones jóvenes han abandonado el hogar familiar... y como no se atreven a andar solos por el mundo, los podemos ver en grandes bandadas deambulando de un sitio a otro por muchos parques de la ciudad. En muchas ocasiones les vemos acompañados de otros pájaros que se unen en su errática búsqueda de comida.

También para este renacuajo ha llegado el final del verano y con él, el final de su vida como larva. Aquí  lo vemos casi convertido con éxito en una rana diminuta. La cola se irá perdiendo en pocas semanas. Otros muchos se han quedado por el camino o tardarán más en alcanzar el estado adulto a medida que llegue el frío.

quinta-feira, 15 de setembro de 2011

CARBONEROS EN CÁNOVAS

     Eran las cuatro y media en una tarde demasiado calurosa para ser septiembre, y como Juan estaba insoportable en casa, decidí, a pesar del calor, llevarlo a los columpios de Cánovas. Como era de esperar, los columpios estaban desiertos: nada que ver con la algarabía que se forma al caer la tarde. Pero ahí estuvo también nuestro momento de suerte, pues fue el momento que una pareja de pájaros poco habitual por estos lares aprovechó para visitar el parque. Al principio nos llamó la atención un canto demasiado fuerte como para ser de los pájaros habituales de Cánovas. Sonaba más bien a ecos de dehesa o de los bosques del norte, antes que a los ruidos urbanos típicos. Cuando quise localizarlo, nos encontramos con un par de carboneros que se mostraban bastante abiertos a nuestra cámara. Una agradable sorpresa en una tarde tan agotadora.
     En Cánovas es fácil encontrar jilgueros, mirlos, verderones y por supuesto, gorriones. Sin embargo, los herrerillos los ha localizado el G.P. solo en una ocasión y respecto a los carboneros esta también es la primera vez. Estos páridos son más fáciles de ver en parques con espacios abiertos (como el Príncipe) o en dehesas. En cualquier caso, uno de los privilegios que tienen los parques de las ciudades pequeñas.


Aquí encontramos al carbonero en plena actividad cantora.

El lugar de nuestro encuentro.

domingo, 11 de setembro de 2011

METAMORFISMO DE CONTACTO EN EL JUNQUILLO


La gran balsa de agua del Junquillo, posibilita
la aparición de numerosos anfibios en la zona.

 

Pizarras moteadas del Junquillo, típico efecto del metamorfismo de contacto.

    Después de las divagaciones artísticas de mi último mensaje, me voy a centrar en una cuestión que me temo que solo interesará a los amantes de las pedruscos. Respecto a la información que el G.P. ha encontrado sobre el sinclinal de Cáceres, se menciona distintos tipos de rocas (sedimentarias, plutónicas, metamórficas etc...), pero apenas he encontrado en ningún sitio de la presencia de un metamorfismo de contacto. Como hablando de geología me emociono y empiezo a usar términos raros, intentaré definir mejor estas palabrejas.
Fuente: Proyecto biosfera
      Para entender el metamorfismo térmico o de contacto, basta un concepto culinario tan simple como el uso del horno. Hace mucho tiempo que sabemos que la tierra se mueve, pero tardamos mucho más en saber que los continentes y el interior de nuestro planeta también lo hace formamos parte de un mundo marcado por el movimiento, incluso en aquello que nos parece completamente estático. Cuando hablamos de "movimientos" pensamos siempre en terremotos y volcanes, pero hay otros muchos más imperceptibles e importantes. Emerge del interior de la tierra un "plutón" -fantástico nombre infernal- a muy altas temperaturas, que hace el efecto "horno" a todas las rocas más próximas de la corteza, desde un ligero "horneado" -como las pizarras de Cáceres- hasta el fundido total -cornubianitas, rocas literalmente "quemadas", presentes en Malpartida-. De aquí podemos inferir reglas muy básicas para el trabajo de campo: Cuanto más profundo el batolito o plutón, más temperatura habrá dado a las rocas, y cuanto más cerca estemos del plutón, más "efecto horno". Al mismo tiempo, a medida que el plutón asciende este se enfría, originando los granitos que estamos tan acostumbrados a ver en nuestros alrededores.  

       Volviendo al principio, las aureolas de contacto las tenemos repartidas en distintos lugares de nuestra provincia, pero no hay mención a este efecto en nuestro entorno más próximo. A lo sumo, una línea de esquistos ricos en turmalina que bordea el flanco oeste del sinclinal en su contacto con el batolito de Araya. En nuestras visitas a toda esa zona (Aldea Moret, El Junquillo, urbanización Macondo, dehesa de Conejeros...) nos encontramos, aparte de esos esquistos, con una línea continua de pizarras nodulosas o mosqueadas de distinto tipo, que correspondería con el metamorfismo de los sedimentos paleozoicos del sinclinal en la aureola de contacto con el batolito cercano (aventura el GP). En ellas, los nódulos oscuros que aparecen corresponden a los minerales típicos de nueva formación, entre los que se puede identificar a simple vista la quiastolita, pero que podrían incluir fácilmente cordierita. Hay que decir que es siempre un metamorfismo débil, sin llegar nunca a las rocas típicas de grados más altos.
      El lugar donde se hacen más visibles estas pizarras nodulosas, aparte de las trincheras de la vía ferroviaria Cáceres-Plasencia, lo constituye las enormes zanjas ocasionadas por las obras del Junquillo. Allí se pueden observar el grosor de estos estratos en una amplia franja del terreno (aparte de ser un lugar fantástico para observar anfibios y reptiles). Las fotografías corresponden a esa zona.



Mapa: Corretze et al. (1982)
 

Un buen ejemplar de puntas de cuarzo procedente del Junquillo. El cuarzo filonario aparece con frecuencia entre
las capas de pizarra, originando cristales de este tipo. También es frecuente la calcedonia.

Cristal de quiastolita, con la típica inclusión carbonosa en el centro del rombo.
Este es uno de los primeros minerales que se forman como consecuencia del "tueste"
de la roca.

¿Cuántas ranas hay? en cuanto levantábamos una piedra cercana del agua,
las ranas saltaban por decenas. Su mimetismo es casi perfecto en estas condiciones.


quarta-feira, 7 de setembro de 2011

¿POR QUÉ LAS CIGÜEÑAS SE CAGARON EN PILATOS?

 
Mi propia imagen pop de "Por qué el juicio de Pilatos a Jesús duró solo dos minutos"

      Sí, ya sé que no todo el mundo lo comparte y resulta controvertido, pero el G.P. adora muchas cosas de Wolf Vostel, Fluxus, el videoarte, la vanguardia que inspirara el humor sarcástico del mejor Woody Allen,  y que llenara, de paso, los Barruecos con extravagancias chatarreras. Cada uno tiene sus defectos y yo tengo los míos: me pego con mis alumnos para hacerles ver el particular distintivo de la creación contemporánea sobre el aburrido arte tradicional (fugacidad de la obra, ingenuidad del que ve, ingenio del que crea), y les animo que se dejen sorprender por él, que se sientan parte de una obra que les invita a participar... Parece además como si a los amantes de la naturaleza nos tuviera que gustar unas ideas arcaicas rancias sobre el arte, basadas en la pura imitación o mímesis de esa misma naturaleza. Nada de eso vale para el G.P. 
    Indudablemente, las cigüeñas se han tomado esta interacción del arte contemporáneo al pie de la letra y no han dudado en formar parte involuntaria de la obra del tío Wolf. Las cigüeñas cagaron sobre un coche, o sobre el juicio de Poncio Pilatos, o sencillamente sobre chatarra, y generaron el mayor contraste que uno puede encontrarse andando por los Barruecos. Si esto es locura, surrealismo o chatarrería que vuelve a la naturaleza, lo dejo a gusto interpretativo del lector.  Me pregunto qué pensaría alguno de los de Fluxus cuando se encontraran estas cigüeñas en lo alto de la torre de Vostell aquí en los Barruecos. Posiblemente, no pensarán absolutamente nada. Y dejarán a las cigüeñas seguir formando parte de la obra artística (o de los metales oxidados, para muchos).

Imagenes originales de este verano.

domingo, 4 de setembro de 2011

TEMPESTITAS EN EL CERRO DEL MILANO

El alcornoque solitario que corona el cerro.
   
  No, no me he equivocado de palabra. La descubrí el otro día en el blog de Eduardo Rebollada, y lo que pasa es que los geólogos tienen nombres para todo. Así denominan con tan fantástico término a unas rocas formadas en peridodos de fuerte sedimentación marina causados por grandes tormentas o tsunamis y que aparecen en algunos lugares de nuestra geografía. ¿Tsunamis en Extremadura? -dirán los escépticos- Pues sí, solo que hace 440 millones de años. Ahí es nada.  
      Parece ser que esta es una característica común en algunos niveles de la cuarcita armoricana del ordovícico superior, y que está presente en los sinclinales paleozoicos de nuestra provincia (Monfragüe, Cañaveral, San Pedro...).  En los alrededores de Cáceres, el lugar perfecto de búsqueda es el cerro del Milano, aunque también las hemos localizado en la Sierrilla. El G.P. subió en su visita estival de rigor con su primo Carlos y nos encontramos unas cuantas. Aparte de los eskolitos (otra palabreja  de la que hemos hablado en alguna ocasión), hay varios niveles en la cima del cerro que recogen señales de estas tempestitas: distintos ripples y sedimentación con fragmentos de conchas. Llaman la atención porque suelen romper las caras usualmente lisas de la cuarcita, haciendo superficies rugosas de un par de centímetros de grosor y que supuestamente corresponde a esa sedimentación rápida provocada por las catástrofes de la época. Una muestra interesante de lo que la naturaleza es capaz de hacer: la fuerza de los tsunamis es tan grande que sus restos nos alcanzan ¡más de 400 millones de años más tarde! 



Ripples en la cuarcita.

Restos sedimentados, con alguna forma fósil más visible.

Para una información mucho más completa de la que este aficionado puede dar, consultar "Tempestitas del ordovícico superior en el sinclinal de Cañaveral" en el blog de Eduardo Rebollada: http://geologiaextremadura.blogspot.com/2011/08/tempestitas-del-ordovicico-superior-en.html  

sexta-feira, 2 de setembro de 2011

CUANDO SALÍ DEL NIDO: LOS AVIONES


     
      En los dos últimos años hemos recogido instantáneas de aviones en todas sus posibilidades: recogiendo barro para sus nidos, posando en el agujero de su casa o en alguna cornisa... Este verano nos encontramos en Piornal un gran número de ellos recién salidos del nido, y con necesidades alimentarias sin cubrir: los padres se estaban dando la gran paliza todavía para alimentarlos. Estaba yo con Juan en el momento de tirar estas fotos, y recordé entonces lo que algún antropólogo sostuvo como la gran diferencia entre los seres humanos y los pájaros: si un avión con tres meses se hace adulto, al hombre le cuesta ese proceso... treinta años.