sexta-feira, 31 de julho de 2009

HEMATITES EN LA RONDA NORTE...

Hematites encontrada en la ronda Norte, faldas de la Sierrilla, y del tamaño de una mano.


Hematites recubriendo arenisca, encontrado en las laderas de la Montaña.
El óxido de hierro (en su variedad hematites, o oligisto) es uno de los minerales más comunes en algunos estratos de rocas de Cáceres. Desde pequeño, me acostumbré a ver el mineral en las paredes de las casas viejas de la ciudad: acompañado a los bloques irregulares de cuarcita, aparecían finas láminas de un mineral negro que hacía forma de burbujitas sobre la piedra. Mucho tiempo después sabría que clase de mineral era.

La hematites es uno de los óxidos de hierro más comunes de encontrar en la corteza terrestre. Aparecen en Cáceres acompañando a cuarcitas y pizarras altamente ferruginosas, de la época del silúrico y el devónico. Se caracterizan porque estas rocas suelen de tonalidad rojiza y naturalmente, bastante pesadas. Entre estas rocas nos podemos encontrar en ocasiones formaciones más compactas del propio mineral, de color negro o rojizo y cuando la rompemos, de brillo más metálico, distinto del color opaco o vítreo de las rocas que nos rodean habitualmente.

El G.P. ha localizado este pedrusco en muy diferentes sitios, pero tienen en común su misma ubicación geológica. En la fractura originada por la Ronda Norte nos podemos encontrar afloramientos de este mineral bastante considerables, encajado en pizarras o cuarcitas. En el sendero del puerto de las Camellas, aparece también este mineral. Pero también está presente en la Montaña, la Sierrilla, y naturalmente, en los silenciosos muros de los viejos palacios cacereños.

Cuarcitas ferruginosas con hematites en la Ronda Norte

CIGÜEÑUELAS EN EL TRASQUILÓN

Incluso con las patas en el agua, la cigüeñuela es bien larguirucha.
El cazador de ranas acecha...

Hoy tuve un grato encuentro con este pájaro patilargo en la charca del Trasquilón. Las veces que el G.P. ha ido este verano se le han aparecido por lo menos tres o cuatro ejemplares sobrevolando siempre la laguna con un nervioso pit-pit-pit, ya fuera mañana o tarde. Había que esperar un rato para verlos posados en la orilla de la charca, buscando alimento. Son unos pájaros algo nerviosos y asustadizos, por lo que hay que tener paciencia con ellos.

Para los que no somos duchos en el arte de reconocer aves, la cigüeñuela se puede confundir con una cría de cigüeña. Pero es fácil de distinguir por sus patas rosadas, el pico y las alas completamente negras (no como las cigüeñas) y por la mancha grisácea que tienen los machos sobre la cabeza en el verano (como el que posa alegremente en la fotografía). Aunque es un ave fundamentalmente estival, su área de invernada se va dando cada vez en latitudes más hacia el norte (¿otra evidencia en el cambio climático?). En cualquier caso, el G.P. esperará al invierno para descubrirlo.

domingo, 26 de julho de 2009

¡BUEN PROVECHO!



¡Ñam ñam, qué buenas están las hormigas! Jammy...


La protagonista del día es esta lagartija colilarga (psammodromus algirus), la más frecuente de nuestros alrededores, que ha querido posar alegremente para nuestras cámaras. Aquí la encontramos comiéndose tranquilamente una pobre hormiga, aunque en su dieta caben todo tipo de pequeños insectos, como casi todas las de su género.

Esta lagartija es muy fácil de ver en los días cálidos de verano, y prácticamente presente en cualquier lugar soleado al que vayamos en el campo, con matorrales o grietas en las que guarecerse rápidamente. No ha habido un solo día en el que el G.P. haya salido con la bicicleta y no se haya tropezado con alguna de ellas: este ejemplar en concreto lo hemos hallado cerca del Portanchito, en las escombreras de las canteras de cuarcita.

Aunque para el G.P. resulta muy difícil distinguir unas especies de otras, la lagartija colilarga se caracteriza sobre todo por tener presentes en todo el dorso unas escamas puntiagudas y anquiladas (esta es una característica más fácil de observar en las fotografías que al natural, cuando la lagartija va de un sitio para otro).

sábado, 25 de julho de 2009

FLORES DE VERANO: CARDO CORREDOR.

     El terror de los ciclistas. El cardo corredor (erygium campestre) ha sido el causante directo que muchas veces me haya quedado en la cuneta con la bicicleta. Sus puntas se hacen duras cuando la planta se seca y atraviesa cualquier tipo de plástico.

    Este cardo es quizás (con el cardillo) la especie más común que podemos encontrar en los alrededores de Cáceres para esta época: bordes de caminos, cunetas, campos para el ganado. Cualquier terreno es bueno para el cardo corredor, que destaca como un pequeño arbusto redondo sobre la planicie pelada del estío.

HALLADA UNA NUEVA ESPECIE DE CERDO EN LA SIERRILLA

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Basura casi surrealista en las dehesas boyales

Más restos del homo cerdus en la Sierrilla.

En los últimos días los científicos del Granito Parlanchín han descubierto vestigios de la presencia de una nueva especie de cerdo. Este hallazgo ha sido bautizado como “homo cerdus cacereñus”, en honor a la población cercana y aunque no se ha visualizado la especie, sí se han confirmado numerosos vestigios de su presencia en la Sierrilla y otros lugares de la ciudad. Se cree que es un ser bípedo (como los cerdos de Orwell), capaz de manipular objetos con las manos y de destrozarlos. Igualmente su dieta se basa en pizzas y hamburguesas y consume alcohol, entre otros restos encontrados. Se cree, por otro lado, que los especimenes con este tipo de comportamiento, son miembros jóvenes de la especie, de carácter fuertemente gregario y con costumbres todavía por estudiar.

El G.P. sugiere que es una especie invasora altamente peligrosa para los ecosistemas más cercanos a Cáceres, y que ahuyenta a cualquier animal de la zona. De todas formas, es menos peligroso que el terrible homo cerdus consumidorus, especie al que desgraciadamente pertenece inconscientemente toda persona que escribe y hojea estas páginas. ¡Si usted se encuentra con el anterior tipo de cerdo, tenga cuidado y mande fotos!

Cristales en los lugares donde el G.P. hace muchos años leía libros sesudos en la soledad del ambiente

sexta-feira, 24 de julho de 2009

DE VISITA... POR LAS EXPLOTACIONES DEL CERRO DE LOS ROMANOS

Vista de Santa Lucía desde las laderas del cerro de los romanos


Vista hacia el sur desde la entrada a la mina.Entrada a la mina

Este pequeño cerro es la última estribación del sinclinal de Cáceres hacia el sur, antes de adentrarse en las amplias llanuras que solo se cierran con la sierra de San Pedro. Para llegar hasta allí, la mejor forma es alcanzar la ermita de Santa Lucía, atravesar las laderas orientadas al sur y luego desviarse hacia la derecha. Lo que es el Cerro de los Romanos está vallado, pero en muchas partes está dado de sí (los amantes de la naturaleza pensamos que nadie es dueña de la misma). En cualquier caso, la explotación de la que hablamos tiene libre entrada. El G.P. pensaba que solo la vista merece una pequeña caminata, pero ¡albricias! Nos encontramos con más cosas de las que hablamos a continuación.

Las laderas de este cerro tienen un conjunto de pequeñas explotaciones -galerías siguiendo estratos determinados, socavones en el suelo- que supuestamente estaban dedicadas a la extración de fosforitas, como todas las de la zona (el G.P. no lo sabe con certeza). La peculiaridad geológica de estos yacimientos es que aparecen entre los estratos más antiguos del sinclinal de Cáceres, a saber, la cuarcita armoricana, muy próximos ya al complejo esquisto-grauwaquico (CEG).

Entre la paragénesis que podemos encontrar están presentes hermosos cuarzos en forma de geodas (recubriendo apatito) o bien como filones con grandes cristales alargados. Estos cuarzos, como ya hemos comentado en otra entrada, están recubiertos de óxidos de hierro y al desaparecer estos le dan un exótico toque anaranjado o amarillento. Los mejores se encuentran en la pequeña escombrera de la mina, pero es interesante echar un vistazo a los exteriores de la galería para contemplar paredes enteras recubiertas de este paragénesis (dahlita / cuarzo / óxidos de hierro) y formando geodas extrañas.

También están presentes rocas fosforiticas (apatito) en su forma de dahllita, acompañando a estos filones de cuarzo. Estas son blancas, de apariencia fibrosa, y que se desmenuzan fácilmente en contacto con el ambiente. Es precisamente la presencia de este mineral lo que hace suponer al G.P. que esta explotación estaba orientada hacia la extracción de fosfatos. Algunos ejemplos aparecen en las fotos tomadas.


Entre la fauna, este es un sitio estupendo para avistar aves. Precisamente en la última excursión, pudimos avistar un grupo de buitres leonados sobrevolando el cerro a escasa altura, y que estaban en busca de una res muerta en las fincas que rodean los cerros. Más comunes de ver son las alondras, córvidos y milanos en verano. Los roquedos son un lugar muy bueno para observar reptiles. La vegetación, hacia el norte es más adehesada, y al sur más seca, predominando las retamas bajas. En los crestones cuarcíticos se pueden encontrar especies curiosas, pero no en verano.

Buitre leonado (aparente pavo disfrazado) esperando darse un festín de vaca en cuanto nos marchemos

quinta-feira, 23 de julho de 2009

LO VIEJO Y LO NUEVO: VOSTEL Y LAS BAÑERAS.

El tradicional bujío extremeño con bebederos de granito en hilera.

¿Una renovación tecnológica, manifestación artística rupturista?
Sencillamente, otro bebedero para el Sr. Caballo.

No hay mayor contraste posible entre los viejos bebederos de granito y las bañeras de metal reutilizadas para nuevos usos. Sin entrar en consideración de si esto es una aberración para el paisaje de una dehesa, nadie dudará que las bañeras confieren un llamativo toque surrealista al terreno pelado. Como surgidas de la nada, las bañeras parecen estar allí por una fluctuación cuántica espacio-temporal que las ha traído hasta estos lugares alejados, pero no, es un utilitario moderno más, adecuado a las demandas del campo actual.

Me pregunto si al ver estos contrastes Mr. Wostel, puso a Malpartida en el centro de todas sus creaciones, con semejante ruptura del lenguaje estético y artístico. O si, al contrario, los malpartideños han intentado copiar las genialidades del grupo Fluxus y las vanguardias neoyorkinas e inunden los llanos de Cáceres con bañeras. ¡Vaya usted a saber!

quarta-feira, 22 de julho de 2009

UN PEQUEÑO SUBMARINO EN EL ESTANQUE...

Mr. Gallipato posando de frente para la cámara.


Este pequeño dragoncillo grisáceo y aplanado que se mueve en el estanque es el "patito feo" de los tritones y salamandras. El gallipato -ya su nombre es algo raro- nada placenteramente en las aguas estancadas y poco briosas; en cuanto lo llevamos al suelo sus andares se vuelven tan poco elegantes que parece que va borracho, contorneando todo su cuerpo.

Aunque parezca mentira, el G.P. se ha encontrado alguna vez gallipatos bastante alejados del agua, escondidos bajo tierra, a principios del verano. Lo más normal, sin embargo, es que pasen buena parte del tiempo en el agua. Este pobre gallipato de la fotografía, fue "víctima" de la limpieza de lodos de un pequeño estanque en Sierra de Fuentes. Poco después volvimos a meterlo en el agua y ahí sigue. Como ya es un viejo conocido, pasa el invierno metido en un tronco hueco semisumergido pero a veces se le puede ver nadar en el tiempo frío.
El gallipato es el más discreto de los salamándridos. Sin ostentar colores vistosos ni vientres amarillos, su distintivo fundamental es el aplanamiento de su cabeza y su tronco. En los lados del tronco exhibe dos hileras de puntas anaranjadas que le sirven de defensa, en caso de sentirse atacado. La verdad es que el gallipato recuerda a los anfibios fósiles del carbonífero, por lo menos.

UN DRAGÓN DENTRO DE CASA...



La primera vez que mi madre hace el amago de abrir el frigorífico del campo y ve a este bicho que se mueve a toda velocidad y ágilmente atravesando la diagonal de la puerta, casi le da algo. Nos costó lo suyo convencerla que este fantástico reptil es el mejor antibichos que podía tener la casa. Desde entonces, las salamanquesas aparecen cada verano a visitarnos, y no son una sola.

La salamanquesa común acostumbra a estar en todos lugares habitados por el hombre. De pequeño jugábamos en las noches de otoño a ver quién contaba más salamanquesas bajo los tejados, en Sierra de Fuentes, y recuerdo que contábamos por decenas. Este pequeño gekónido con aspecto de dragon escamado puede encontrarse en los techos de cualquier casa de campo, detrás de un electrodoméstico, una rendija, bajo un cuadro: sus ventosas lo pueden todo. Y eso que nos encontramos con una especie menor de sus primos tropicales...
El. G.P. tuvo que hacer malabarismos para llegar al techo y poder hacer la foto a su pequeño huésped (lástima no tener ventosas como estos reptiles). Lo que sí pudimos observar fue una pequeña protuberancia en la cola, como si fuera bífida.

terça-feira, 21 de julho de 2009

LAS FOSFORITAS MANGURRINAS...

Apatito, variedad colofana, recubriendo una caliza (Mina La abundancia)


Apatito, variedad dahllita, entre un filón de cuarzo y roca (Cerro de los Romanos)


Aquí tenemos al mineral que hizo famoso a nivel internacional las minas de Cáceres: las fosforitas de Aldea Moret. Estas fosforitas son rocas formadas principalmente por apatito (fosfato cálcico), de carácter terroso, granulado y a veces fibroso, que se pueden presentar de distintas formas en los yacimientos cacereños. Por lo general, estas fosforitas afloran en los estratos calizos del sinclinal de Cáceres, coincidiendo con las laderas de Aldea Moret, pero no únicamente en ellos. La presencia de estos fosfatos está recogida en El trasquilón (en roca granítica) o en el cerro de los romanos (en estratos cuarcíticos), sin olvidar, como hemos dicho en otras ocasión, que también son fosfatos la ambligonita y turquesa presente en Valdeflores.

Las fosforitas más propiamente dichas, son formaciones terrosas de color blanco (y así lo descubrieron, en el siglo XIX) que todavía afloran en muchas zanjas de obras y en las antiguas entradas a las minas. Aparecen en forma de nódulos o filones (dahllita), o recubriendo las calizas y rellenando huecos y grietas (colofana). Aunque como decimos, suelen ser blancas, la exposición al aire y la meteorización provoca cambios de color: las zonas más expuestas a la intemperie suelen presentar coloración amarillenta o también azulada, y también las vuelve mucho más terrosas.


Estas rocas pueden verse en los alrededores de toda Aldea Moret, desde las piedras usadas para cercas y tapias hasta montículos y escombreras. Si queremos ver la roca fresca, tenemos que acercarnos a las entradas de minas o zanjas de obras recientes.


Rocas calizas recubiertas de fosforita en el camino a Santa Lucía

FLORES DE VERANO: LA VISNAGA



     Aunque esta planta se desarrolla desde mayo, todavía podemos encontrar sus ejemplares en el mes de julio desafiando el calor. La visnaga es una especie de zanahoria silvestre, perteneciente a su misma familia (umbelíferas) y se pueden consumir como tales.
     Desde pequeño, uno siempre busca “el bicho negro” que está en el centro de sus flores y descubre que forma parte de la misma flor: un mecanismo más de atraer insectos a su vera. Esta planta también tiene la costumbre de cerrar su paraguas de flores con el tiempo seco y abrirlo en el momento más húmedo del día. Es por esto que si buscamos sus flores en mitad de la mañana calurosa, nos encontremos más de una cerrada en sí misma, como aparece en la fotografía.

FLORES DE VERANO: EL CARDILLO




      He aquí uno de los principales responsables de los pinchazos de bicicletas en verano, junto a su amigo el cardo corredor. El cardillo (scolymus hispanicus, fam. compuestas), alegra el triste campo reseco con flores amarillas vistosas. Pero ¡cuidado! Detrás de las flores se esconden pinchos que esperan nuestros neumáticos en cualquier cuneta de carretera o linde de camino y de forma inmisericorde nos dejará tirados en el camino. Por eso, el G.P. aconseja revisar el neumático antes de volver a montarse en la bici, por si las moscas. En realidad, estos cardos son más “peligrosos” cuando se secan y sus puntas se hacen más sólidas.

    A pesar de ser tan maligno con las bicicletas, parece ser que las raíces del cardillo son comestibles: el G.P. nunca ha tenido el gusto de comerlo. Las fotografías son de la carretera que lleva a la ermita de Santa Lucía.

TRES MEJOR QUE UNA...

Sierra de Fuentes
Zona de Malpartida

Parque del Príncipe

En verano las ranas verdes están presentes en cualquier charca o estanque. La falta de agua las lleva a concentrarse en aquellos lugares húmedos que todavía no han sucumbido al estío, y además coincide con la fase final larvaria, con lo que las orillas están a rebosar de pequeñas ranitas que saltan por decenas cuando pasamos a su lado.

La rana común o rana verde (rana ridibunda, o rana perezi, variedad ibérica) es la más extendida de las ranas por su tolerancia a las aguas sucias o estancadas y su resistencia a la contaminación. Además sus hábitos diurnos la hacen fácilmente reconocible en cualquier momento del día. Otras no tienen la misma suerte, como la ranita de san Antonio o la meridional (hyla arborea o hyla meridionalis), aparte de pasar esta última más desapercibida y ser mucho más difícil de ver por ser arborícola y nocturna.

Aquí la vemos en grupo (estanque en Sierra de Fuentes), sobre cemento (Parque del Príncipe) o en su ambiente más natural (charcas de la zona de Malpartida), pero por verla, basta bajar a Cánovas por la noche y verlas croar en las fuentes del parque. Para distinguirlas, no se guíen por el color, pues puede ser muy cambiante. Lo que sí tienen siempre son tres rayas verdes o pardas que atraviesan todo el tronco.
El G.P. siente debilidad por estos animalitos, uno de los grupos más amenazados de nuestro entorno. Y es que quien no haya cogido una rana de pequeño, no ha tenido infancia. Con sorpresa, hace un par de veranos, tuvo que enseñar a niños de diez y doce años a verlas por primera vez en su vida. ¡Cuántos años perdidos de naturaleza!

segunda-feira, 20 de julho de 2009

CHERT EN ALDEA MORET


Sílex rosado procedente de las escombreras de la mina "La abundancia"


Chert rojo con vetas de cuarzo del Trasquilón, hallado al lado de la laguna

     He aquí una roca relativamente rara de encontrar en nuestra región. El sílex, abundante en el norte de España y más todavía en las islas británicas, no se deja ver con frecuencia en nuestra región. Sin embargo, el sílex aflora de cuando en cuando en algunos yacimientos. Este sílex rosado proviene de las escombreras de la mina “La abundancia”, al lado de la vía férrea, mientras que el chert rojo proviene del Trasquilón. El sílex o chert es una roca sedimentaria, formada muchas veces en ambientes acuáticos con la deposición de la sílice que está disuelta en el agua en sedimentos. Por ello, no es raro encontrarlo como nódulos entre estratos de calizas, como puede ser el caso del sílex rosado. El del Trasquilón tiene un origen más enrevesado, quizás asociado a procesos de greisen y en el que el sílice parece depositarse en las grietas de distintas mineralizaciones. El G.P. en su ignorancia, no puede dar más pistas.

    No hay que olvidar que este sílex era considerado mineral estratégico en los lejanos tiempos del paleolítico. De hecho, hasta el neolítico hubo un tráfico comercial bastante importante de este tipo de rocas, “importado” desde el norte de España, se traía a la meseta, donde escaseaba. En nuestra región, la materia prima utilizada por excelencia era la cuarcita (vean las muestras de las Veletas), pero no tiene una fractura tan limpia como la del sílex ni es tan fácil de trabajar. Si el G.P. hubiera tenido que enfrentarse con un rinoceronte lanudo cuaternario, ¡habría sabido dónde encontrar buenas herramientas!

domingo, 19 de julho de 2009

CIGÜEÑAS EN LAS DEHESAS...

Dehesas entre Cáceres y Malpartida.

Atardece sobre la dehesa en un día de julio. Los alrededores están en un sobrecogedora calma: los coches de la autovía se han dejado de escuchar y tan solo el chillido de algún milano rompe de cuando el ruido de mis pasos sobre la hierba seca (uno espera a esas horas encontrar algo más de movimiento). Afortunadamente, tengo a alguien más en compañía... Las cigüeñas blancas. Decenas, cientos en los prados. Pronto escucho "el gazpacho", y las veo volar sobre mi cabeza, desde todas las direcciones posibles. Son grupos de cigüeñas jóvenes, que acostumbran a estar en grupo antes de emigrar (aquellas que lo hacen). A pesar de estar tan acostumbrado a verlas, resulta espectacular observarlas en su ambiente y en tal número.

Un amigo polaco me preguntaba cómo eran los bosques en Extremadura. Yo le decía que eran algo así como la sabana africana que aparece en los documentales, "in the middle of nowhere", pero con cerdos y vacas en lugar de fieras. Damian me preguntaba si no eran aburridas las dehesas, frente a los oscuros bosques nórdicos. Está claro que cuando ves tal cantidad de aves, no.

sábado, 18 de julho de 2009

FLORES DE VERANO: EL ASFÓDELO.


He aquí una planta con historia propia. A falta de patatas, los romanos consumían mucho sus bulbos, y Homero ya la cita en su obra. El asfódelo -asphodelus ramosus- es algo así como una cebolla silvestre (no en vano, su forma es similar, y pertenece a la familia de los allium -ajos, cebollas y muchas flores de bulbo). Crece mucho en los prados de las dehesas, y ahora en verano lo único que podemos contemplar es su flor, como última etapa de su crecimiento anual: las hojas ya están marchitas (salen a finales del invierno) y aparecen secas en la base del alto tallo. Este tallo es único y luego se ramifica a medio metro de altura para dar lugar a las flores.

Estas fotos están tomadas de las laderas de las colinas colindantes con la ermita de Santa Lucía, pero lo podemos encontrar en cualquier lugar de dehesa, alto y espigado sobre el resto de la hierba seca. ¡Si nos toca sobrevivir en el campo en esta época, el G.P. ya sabe qué comer!

FLORES DEL VERANO: ACHICORIA



La achicoria (cichorium intybus, fam. compuestas) es otro de esos ejemplares que rompen el monótono secarral amarillo del verano. Se encuentra como una planta aparentemente pelada, con hojas alargadas y aserradas en la base y más pequeñas en el tallo, y florecillas azules, singulares, en el extremo de las ramas. Aunque no se da en tanta cantidad como otras especies veraniegas, es frecuente encontrarla en los bordes de caminos y prados secos.

Todo el mundo conoce las propiedades de la achicoria: de sus raíces tostadas, se obtenía (y se obtiene) sustitutos del café. Aparte de esto, las raíces tienen otras propiedades medicinales que el GP desconoce, pero que según los entendidos, son muy benéficas. En cualquier caso, el GP tiene una debilidad especial por estas flores que adornan el verano con su color azul. ¡Oh, linda achicoria, ornato para los ojos que te ven!

sexta-feira, 17 de julho de 2009

DE VISITA A... LA MINA DE SAN JOSÉ DE VALDEFLORES.






     La mina de San José de Valdeflores es uno de los paisajes más interesantes de los contornos de Cáceres, por su interés mineralógico pero también por los valores propios del entorno natural, típicos del bosque mediterráneo. Valdeflores fue una explotación de ambligonita (para la obtención del litio) y de casiterita (por el estaño) que paró su producción hace ya treinta años. Esto permite que visitemos una mina en la que el impacto ambiental de las escombreras se ha minimizado: el matorral y monte bajo han vuelto a repoblar zonas que antes estaban completamente arrasadas, lo que da un toque pintoresco al entorno. La naturaleza vuelve a devorar el terreno, una vez que el hombre lo abandona. No obstante, algunas compañías mineras están estudiando reabrir la explotación.

    La mina de San José está ubicada en el fondo del valle que se abre al norte del Portanchito, entre dos cadenas de montes que se levantan en dirección O-E. Para llegar allí, tenemos dos posibilidades. La utilizada habitualmente por el GP, usando la bicicleta, es viniendo desde el cerro de la Butrera. La otra alternativa es desde la carretera del antiguo sanatorio,pasar la curva hacia el cerro del milano y desviarse a la izquierda por un camino de tierra, con corrales de simpáticos cerdos y ovejas a nuestro lado.

     Los valores mineralógicos de la zona son realmente interesantes y conviene recordarlos. Situado en los terrenos paleozoicos del sinclinal de Cáceres, en pizarras y esquistos ordovícicos, y entre dos afloraciones cuarcíticas (cuarcita armoricana, al lado norte y cuarcitas bandeadas ordovícicas y silúricas, al sur) que dan lugar a las elevaciones del terreno entre las que está el valle. José Luis, uno de los mayores expertos y asiduos de la zona, encontró un pequeño trilobites en las escombreras, y nosotros encontramos otro también sobre estratos parecidos -quizás calymenes-, pero más alejados de la mina. Igualmente, creemos haber encontrado restos de graptolites del ordovícico en los estratos pizarrosos colindantes con la cuarcita armoricana, así como skolithos también ordovícicos, muy comunes en toda la zona. Para entender la paragénesis del lugar, basado principalmente en la aparición de minerales de litio y estaño, se cree que los filones provienen de una intrusión magmática a más profundidad que no ha aflorado a la superficie pero ha alterado los metasedimentos paleozoicos.

    En las escombreras, pero también en prácticamente cualquier parte de la zona, podemos encontrarnos micas del tipo moscovita, zinnwaldita y lepidolita, y su variedad masiva en forma de pinita (con apariencia de pirofilita y agalmatolita, según otros entendidos), ambligonita, fosforita, apatito, turquesa y casiterita, aparte del omnipresente cuarzo que puede presentar formas curiosas. Sobre el terreno, no es difícil distinguir unos minerales de otros, en cuanto tenemos un poco de práctica:

- Las micas se presentan en filones y son brillantes y nacaradas, laminadas, con colores verde, blanco, rojo o amarillento. Son las más abundantes y extendidas por toda la zona. Existe cierta discusión en cuanto que anteriormente se consideraban a simple vista como pirofilita  y los estudios químicos realizados consideran que son en realidad micas de litio (lepidolita y zinnwaldita).

- La ambligonita, y con ella la turquesa, suele ser de color blanco, mucho más puro que el del cuarzo cuando se fracturan. Tienen la apariencia del feldespato. Sus ejemplares son más ligeros que los cuarzos omnipresentes.

- La turquesa suele presentarse con la ambligonita, y se distingue de inmediato por su color azulado. Aunque suelen ser de pequeño tamaño, existen ejemplares más grandes, aunque mezclados con ambligonita y atacados por el agua. Suelen tener por ello una superficie rojiza y con oquedades. Las que aparecen en la fotografía son pequeños ejemplares que se encuentran a simple vista y sin buscar ni dos minutos. Son bastante frecuentes en la escombrera que está justo debajo de la torre del pozo.

- La casiterita se revela inmediatamente por su color negro, de lustre muy brillante, y su densidad. Son piedras más pesadas que el resto y aunque habitualmente se presenta en masa o en finos recubrimientos de cuarzo, en ocasiones podemos ver pequeños criates maclados. Esta es quizás la más perseguida.
-La pinita es un mineral o casi podríamos decir que un agregado de mica, de grano muy fino. Su color suele ser verdoso y traslucido, con algunos puntos negros que recogen cristales diminutos de casiterita (ver la foto).

-La fosforita y el apatito masivo también es fácil de encontrar en algunos filones, en forma de agregados y a veces con estructura palmeada. Comparados con los ejemplares que nos encontramos en Aldea Moret y otros lugares del sinclinal, no son demasiado relevantes. Sin embargo, sí hemos dado  con un ejemplar de apatito cristalizado, sobre un filón de pirofilita, aunque el tamaño de los cristales era bastante reducido.

Pirofilitas en filones
Turquesa sobre cuarzo y ambligonita.

     La fauna y flora es la propia de la dehesa de umbría y monte bajo. Destacan los alcornoques, madroños, estepa blanca, esparragueras, jaras y retamas, y otras especies más umbrías en el cauce del arroyo, como umbelíferas, nabos del diablo, zarzamora etc..
     Dentro de la fauna, son destacables las aves. En la última visita (ahora en verano) pude observar bandadas de abejarucos y algún milano. También pueden verse con facilidad reptiles y anfibios (estos en primavera, interesante el lagarto ocelado) en los hoyos inundados y escombreras soleadas. En algún blog hemos leído la presencia del meloncillo, pero desgraciadamente el GP no los ha avistado y nos hemos quedado en los conejos y zorros.

Agalmatolita
     Posibles peligros: La pista ha sido mejorada en el 2011 como cortafuegos, y es fácil acceder en coche hasta el lugar. Si vamos en bicicleta, atravesamos fincas y campos tapiados con perrazos que habitualmente no dan problemas.  Los pozos de las minas están convenientemente tapiados. Un poco más adelante existe un recinto tapiado con panales de abejas, pero está bastante bien señalizado como para que un curioso se meta dentro. A pesar del pedregal, no hemos visto nunca alacranes (gustan más de terrenos arenosos, pero debe haberlos) y este no es terreno de víboras, que gustan de sitios más húmedos y que además no se conocen por la Sierra de la Mosca. Sí escolopendras (ciempiés grandotes), cuyas picaduras son muy dolorosas. Por ello, el mejor momento para remover piedras son los meses invernales, cuando hay menos posibilidades de encontrarnos con amigos imprevistos (si los hay, están muy dormidos). Suponemos que con tal densidad de monte bajo, habrá jabalíes, pero el GP afortunadamente no ha visto ninguno.  Los guardas del lugar nos dicen que sí los hay, y en abundancia. Un par de veces nos hemos encontrado con un zorro que se comió nuestro desayuno, pero a pesar del incidente, su visita mereció la pena...

       El mejor momento para visitar…
      Aunque se puede visitar durante todo el año, el GP opta por el mes de abril/mayo, cuando las jaras y retamas están en flor: forman un paisaje muy vistoso y no hace todavía demasiado calor. Si el año viene lluvioso, es bonito seguir el regato valle arriba. En otoño e invierno tenemos que percatarnos que estamos en el fondo del valle, la luz de la tarde se va más rápidamente que en otros sitios, y la humedad también se hace sentir más. Al GP se le ha hecho casi de noche más de una ocasión, mirando pedruscos. 
      El GP recomienda visitar la mina y sus escombreras pronto, pues existe la posibilidad de que se reactive su explotación, y será por tanto cercada. 

 Bujío en la parte alta del yacimiento.

quinta-feira, 16 de julho de 2009

LAS TURQUESAS DE CÁCERES


Hablar de Cáceres en mineralogía es fundamentalmente hablar de fosfatos: fosforitas, apatito, ambligonita, turquesas... y nuestra ciudad ocupa un lugar singular en la mineralogía peninsular con la presencia de estas mineralizaciones en sus proximidades. El GP va a hablar hoy del más conocido para el vulgo: la turquesa.
La turquesa es un fosfato de cobre y aluminio (más o menos), de dureza 5/6, raya blanca, presentándose en masas compactas y con su conocido color azul claro. Estas turquesas aparecen en la comarca de Cáceres en stokworks (filones entrecruzados) de cúpulas graníticas (El Trasquilón) o en filones extrabatolíticos, en los metasedimentos del sinclinal de Cáceres (Valdeflores). Su génesis parece proceder de la alteración de la ambligonita-montebrasita (otro fosfato, de litio y aluminio), que es el mineral predominante en los filones de estos yacimientos. En muchas ocasiones las turquesas de Cáceres aparecen como oxidadas o carcomidas: son bastante sensibles al contacto con el agua.

Los ejemplares de turquesas de Valdeflores aparecen diseminados por las escombreras de las mina, y en el cauce seco del arroyo que atraviesa la mina. Suelen ser de pequeño tamaño, asociados a la ambligonita o al cuarzo, en masas compactas. Hay geólogos aficionados sin embargo que remueven las escombreras en busca de ejemplares más grandes, y las prospecciones de Tolsa en los años noventa nos dejaron fotografías de turquesa-ambligonita de más de diez centímetros.

Con respecto a las turquesas del Trasquilón, también aparecen asociados a los mismos minerales, aunque con una coloración más pálida y verdosa, y apareciendo en diminutos estratos que atraviesan la ambligonita. Entre la casa señorial y la laguna nos podemos encontrar en el suelo multitud de cuarzos con turquesa asociada, así como en el filón donde predomina la ambligonita, al otro lado de la laguna. En esa parte estamos en propiedad privada y suele haber multitud de orondas vacas. El GP pidió educadamente estar allí unos minutos para buscar pedruscos y no le pusieron excesivos problemas.

El Granito Parlanchín aconseja llevarse a casa las imprescindibles, dado que son piedras hermosas y que provocan aficionados a la geología. Pero el GP reconoce que más de una vez se ha dejado llevar por el ansia de encontrar “más y mejor”, ¡y acabó un día contando decenas de pequeñas piedras en su casa, que tuvo que devolver! La codicia es siempre mala.